sábado, 26 de septiembre de 2009

cuento de maika

Había una vez una niña muy buena llamada Érika que quería mucho a su perrita de peluche de nombre Cleo. Érika la trataba como si fuera una mascota de verdad, lo que no sospechaba es que su perrita de peluche cobraba vida todas las noches. Cleo estaba muy triste porque deseaba con todas sus fuerzas ser un ser vivo toda su vida, Cleo queria mucho a su dueña y queria corresponder todas las caricias y mimos que Érika le daba.
Una noche Cleo salió de la habitación para poder ver la ciudad que le rodeaba, le gustó mucho observas las estrellas, y se quedó un largo rato viéndolas, de repente dos lindas perritas se acercaron a Cleo.

- ¡Hola! ¿Por que estás tan triste? - preguntó una de ellas
- Porque soy una perrita de peluche y me gustaría ser un perrita de verdad para estar siempre con mi mejor amiga, Érika - contestó Cleo
- Nosotras podemos ayudarte - dijo la otra perrita- a nosotras nos pasa lo mismo que a ti, vamos en busca de la reina Lulú ya que ella es la única que puede ayudarnos, únete a nosotras, es un largo camino pero si la encontramos nos puede cambiar la vida

Cleo se unió a sus nuevas amigas, Tina y Kelly con mucha ilusión. Estuvieron andado durante largas horas hasta llegar a un bosque, como se encontraban muy cansadas descansaron un rato. Tina tenía mucha hambre y fue en busca de comida pero como era tan de noche no veía apenas nada y se calló por un precipicio, al ver que su amiga tardaba Cleo y Kelly fueron a bucarla pero tuvieron la mala suerte de caerse también por el precipicio, cuando las tres se encontraron allí abajo tan lejos de sus casas y tan sólas se pusieron muy tristes y perdieron todas las esperanzas de encontrar el palacio de la reina Lulú, estaba ameneciendo y ya le quedaban muy poco tiempo de vida. Cuando ya creían que lo habían perdido todo, un precioso perrito se acercó a ellas.

- Hola, me llamo Coco y vengo del palacio de la Reina Lulú, me acaba de convertir en un perrito de verdad y voy en busca de mi dueño, pero el único problema es que me he perdido

Las tres cachorras prometieron ayudarle a encontrar su hogar y Coco les prometió que les llevaría hasta el palacio, unidos lo conseguirían.

- Para llegar al palacio es preciso atravesar el lago - dijo Coco
- Pero nosotras no sabemos nadar - le comentó Cleo
- Hay una tubería que conduce hasta el palacio, pero es preciso nadar un poco para encontrarla, no os preocupeis que yo os ayudaré.

Cocó enseñó a las perritas nadar y enseguida aprendieron, encontraron la tubería y fueron transportadas por ella, de repente aparecieron en un hermoso jardín lleno de flores mariposas y arco iris. Por fin habían llegado a su destino.
La reina Lulú las acogió con cariño y las perfumó de una aromática poción floral. Amaneció del todo y las perritas no se convirtieron en peluche ¡ Estaban vivas! dieron las gracias a la reina y los cuatro cachorros jugaban, cantaban y emprendieron muy contentos la vuelta a su hogar.

Mientras tanto una voz despertó a Érika de su dulce sueño, ¡oía ladridos de perro!, se asomó por la ventana y vió a Cleo moviendo juguetonamente el rabo, Érika sabía que era su perrita ¡ Y era de verdad!, miró en la estantería y no estaba su peluche, bajó corriendo las escaleras, abrió la puerta y allí estaba Cleo esperándola, se abrazaron y nunca mas volvieron a separarse Cleo y Érika se conviertieron en las mejores amigas.
Pero Tina, Kelly, Coco y Cleo hicieron un pacto, todas las noches se juntarían en el parque para ver las estrellas y aprendieron una gran lección ya que si luchas por tus sueños, acabarán cumplíendose

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